Evangelio según San Lucas 19,41-44.
Comentario por David Quiroa
“¡Si tú también hubieras comprendido…!”
Jesús se lamenta de que Jerusalén no
haya recibido su mensaje y que por eso tenga que sufrir. Cosas parecidas se pueden decir de ciudades,
comunidades, empresas, familias y personas de nuestros días.
En los últimos 30 años, el mundo sólo
ha escuchado un mensaje: el del dinero. Nada más importa, excepto aumentar las
ganancias y reducir los costos a toda costa.
Y aunque los profetas de nuestro tiempo han señalado los errores de
nuestra sociedad, nos hemos negado a escucharlos.
Ahora viene el tiempo de pagar los
platos rotos. Los que se negaron a tener hijos para “disfrutar su vida” verán
su ciudad invadida por los extranjeros. Los que sólo pensaron en el corto
plazo, verán que no tienen futuro. Y otra vez, Jesús se lamentará de que no
hayamos escuchado el mensaje a tiempo.
Hoy recordamos a San Abdías,
profeta: Autor del más corto de los libros del antiguo testamento, Abdías profetiza
la caída de los soberbios Edomitas: “Aunque te encumbres como un águila, y
pongas tu nido en las estrellas, de allí te haré bajar... te cubrirá la
vergüenza y serás cercenado para siempre”.
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Evangelio según San Lucas 19,41-44.
Cuando estuvo cerca y vio la ciudad,
se puso a llorar por ella, diciendo: “¡Si tú también hubieras comprendido en
este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.
Vendrán días desastrosos para ti, en
que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por
todas partes.
Te arrasarán junto con tus hijos, que
están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has
sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios”.
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