sábado, 14 de noviembre de 2015

“Orar sin desanimarse (…) aunque los haga esperar” (Lc 18,1-18.)

Evangelio según San Lucas 18,1-8.    
Comentario por David Quiroa

“Orar sin desanimarse (…) aunque los haga esperar” 

Suponiendo que Dios existe, hay que tratar de imaginarse cuál es su dimensión y su percepción del tiempo para comprender por qué tarda tanto en escuchar nuestras plegarias.

Dios no se rige por modas pasajeras, la venida del iPhone6 le viene del norte y las notas del fin de curso le dan poco más o menos lo mismo. Dios ve almas, piensa en la salvación eterna de Sus hijos y entre todos los regalos que nos ha dado valora sobremanera nuestra libertad de elección.

¿Dónde está nuestra oración en esa dimensión? ¿Persigue nuestra petición la vida eterna o sólo busca una satisfacción temporal? Dentro de cincuenta años… ¿dará lo mismo si nos complace hoy que mañana?  Hay que pedir y esperar, porque al final, si Dios existe, Él sabe lo que está haciendo.

Hoy recordamos a San Esteban de Cuneo y compañeros mártires: Esteban y sus compañeros fueron a predicarle a un gobernante musulmán, convencidos de que la verdad que llevaban era importante para la salvación del alma de aquéllos. En lugar de escucharles, los mataron. Creemos que fueron directamente al cielo, como todos los que dan su vida por la fe.


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Evangelio según San Lucas 18,1-8.


Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:

“En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’.

Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme’”.

Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?


Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.

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