sábado, 7 de noviembre de 2015

“Los fariseos eran amigos del dinero” (Lc 16,9-15.)

Evangelio según San Lucas 16,9-15.       
Comentario por David Quiroa

“Los fariseos eran amigos del dinero” 

Esta es una clave para entender la crítica constante que hace Jesús a los fariseos: su doble moral, basada en su desmedido amor al dinero. Todas las apariencias que los fariseos querían guardar y su condena a las faltas menores a la ley ocultaban su interés económico. Al lucir como santos, recibían más dinero y menos reclamos de la gente.

En este pasaje, el Señor marca la frontera entre el uso adecuado del dinero y su amor desmedido: “gánense amigos con el dinero de la injusticia”.  Si bien acepta que eventualmente uno podría recibir más de lo justo y necesario, lo correcto es usar ese excedente para hacer el bien.

¿Y por qué todo esto? Porque si un día llegáramos al cielo, vamos a recibir más recompensa de la que justamente nos merecemos. ¿Y qué vamos a hacer con esos bienes infinitos? ¿Acumularlos egoístamente? ¿Para qué? Sólo si aprendemos a ser desprendidos y generosos podremos soportar la infinita gracia y el infinito amor que Dios nos tiene reservados en la vida eterna.


Hoy recordamos a Marta Robin, venerable: Todavía no se le reconoce como beata ni santa. Marta Robin vivió postrada en su cama 50 años, sin moverse, sin ver y sin comer ni beber más que la Eucaristía. Y así recibió a más de cien mil personas que acudían a pedir su consejo.


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Evangelio según San Lucas 16,9-15.

Jesús decía a sus discípulos:

“Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho.
Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien?

Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?

Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”.

Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús.


El les dijo: “Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.”

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