sábado, 28 de noviembre de 2015

“Embriaguez, excesos y preocupaciones” (Lc 21,34-36.)

Evangelio según San Lucas 21,34-36.
Comentario por David Quiroa

“Embriaguez, excesos y preocupaciones” 

Pregúntele a cualquiera y sin duda le dirá que “todos los excesos son malos” y que emborracharse también es malo. Pero costará mucho encontrar a alguien que diga que preocuparse es malo.  Es más, para muchos la preocupación permanente les parece una virtud, especialmente si se preocupan de sus hijos.

Sin embargo, el Señor condena por igual la embriaguez que las preocupaciones por la vida. Porque estar preocupado de las notas del niño y de los regalos de Navidad, nos hace olvidar lo importante: orar y estar preparados para el día que Dios nos llame a su presencia.

Las preocupaciones son aún peores que emborracharse, porque la borrachera pasa, pero las preocupaciones se quedan. ¿Hasta cuándo aprenderemos a confiar en el Señor?

Hoy celebramos a Santa Catalina Labouré: Catalina fue la vidente “de la medalla milagrosa” que recordábamos ayer. Más de 40 años pasó como enfermera en un hospital, sin que nadie supiera que había visto a la Virgen en su juventud.

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Evangelio según San Lucas 21,34-36.

Jesús dijo a sus discípulos:

“Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.


Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre”.

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