Evangelio según San Lucas 12,39-48.
Comentario por David Quiroa
“Será castigado menos severamente”
Se dice en broma que la ignorancia es el
octavo sacramento, y que salva más almas que los otros siete juntos. Es una
exageración, pero ciertamente no es lo mismo pecar sin saber, que pecar con
conocimiento de causa.
Los bautizados y educados en la fe
sabemos lo suficiente para no alegar ignorancia. Usualmente nuestros pecados
los cometemos sabiendo que hacemos algo malo.
Pero también hacemos cosas malas sin saber. Sobre esas cosas no hay que
desesperarse, porque aunque también tienen castigo, es menos severo.
Por eso Dios nos pide hacer lo que
podamos y lo que sepamos hasta donde nos den las fuerzas. Nada más. A cada
quien nos da un don diferente, fuerzas y conocimientos diferentes. Mientras
actuemos de acuerdo a esos dones y pidamos perdón por nuestros errores,
estaremos en paz con Él.
El Rosario es para sabios e ignorantes: Originalmente el Rosario servía para que los que no
sabían leer aprendieran de memoria todo lo necesario sobre el Evangelio. Hoy
día sigue sirviendo para eso, pero los sabios y entendidos encuentran en cada
misterio una profundidad mayor, en la que se avanza con la meditación diaria.
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Evangelio según San Lucas 12,39-48.
Jesús dijo a sus discípulos: “Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera
a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la
hora menos pensada”.
Pedro preguntó entonces: “Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o
para todos?”.
El Señor le dijo: “¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el
Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en
el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este
trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes. Pero si
este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los
servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su
señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la
misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas
preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo
severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos
severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió
mucho, se le reclamará mucho más.”
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