Evangelio según San Lucas 12,35-38.
Comentario por David Quiroa
“Estén preparados”
¿A qué viene tanto estrés? Ya pasaron
dos mil años y el Señor todavía no vuelve.
¿Por qué vamos a estar preparados como si fuera a volver esta misma
noche?
Hay dos razones. Una, es que a lo mejor
vuelve esta noche. Y la otra es que a lo mejor esta noche nos toca morir. Y tal
vez una tercera: ¿Qué tiene de malo estar preparado?
Los malos empleados sólo actúan bien
cuando los están vigilando. Los buenos, actúan bien siempre. Nosotros tenemos
que ser como los buenos. Si ahorita viene el jefe a contar el dinero de la
caja, ¿va a encontrar faltantes? Si la respuesta es no, ¿cuál es el miedo? Y si
la respuesta es sí, hay que ponerse a arreglar eso, como si viniera ahora
mismo.
“Ahora y en la hora de nuestra muerte”: Así decimos en cada avemaría, como si nos
fuéramos a morir antes del siguiente. Dichoso al que lo sorprenda la muerte
rezando un Rosario, sin duda no tendrá de qué preocuparse.
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Evangelio según San Lucas 12,35-38.
Jesús dijo a sus discípulos: “Estén preparados, ceñidos y con las lámparas
encendidas.
Sean como los hombres que esperan el regreso de su señor, que fue a una
boda, para abrirle apenas llegue y llame a la puerta.
¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada!
Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se
pondrá a servirlo.
¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los
encuentra así!”
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