Evangelio según San Lucas 11,42-46.
Comentario por David Quiroa
“Nos insultas también a nosotros”
Pues sí, de eso se trata. Jesús habla en
parábolas para que al que le venga el guante que se lo plante, y no sólo en
tiempos bíblicos, sino también ahora. Y cuando las tira duras y directas como
en este fragmento del Evangelio, con más razón.
¿Y qué dice hoy? Que no basta obedecer la ley, sino también
hay que practicar la justicia. Cumplir la ley es un mínimo, casi nada. Sobre la
ley va la justicia y sin justicia no hay misericordia.
Si vamos a pedirle perdón a Dios, lo
primero que tenemos que entender es qué hicimos mal y cuál es el verdadero
castigo que merecemos. Esa es la ley, eso es lo justo. Dios nos va a perdonar,
pero no si antes no entendemos y practicamos hasta donde se pueda lo justo y lo
correcto.
“Ruega por nosotros, pecadores”: En cada una de las 50 avemarías del Rosario, nos
reconocemos pecadores e indignos del perdón de Dios. Por eso le pedimos a
María, abogada nuestra, que pida perdón en nuestro nombre. Usualmente, Jesús le
hace caso a su mamá.
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Evangelio según San Lucas 11,42-46.
«¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y
de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que
practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las
sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los
cuales se camina sin saber!”.
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando
hablas así, nos insultas también a nosotros».
Él le respondió: «¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas
insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!»
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