miércoles, 7 de octubre de 2015

“Enséñanos a orar” (Lc 11,1-4.)

Evangelio según San Lucas 11,1-4.
Comentario por David Quiroa

“Enséñanos a orar” 

Para muchos, la oración es un “platicar con Dios” y no le ven el sentido al rezo repetitivo de las mismas frases “como loros”. Hay que entender que no somos loros y que nuestro cerebro funciona de otra manera.

Así como un deportista repite muchas veces el mismo movimiento para perfeccionarlo, el rezo repetido va conformando nuestra mente a la perfección, al pensamiento de Dios. Repetir la Oración del Señor, o la alabanza del Ángel a María, vamos poco a poco entendiendo el misterio de la salvación y el Reino de Dios.

No es algo que pase el primer día, tampoco Messi metió goles el primer día. Es algo que se practica y nunca se deja de practicar, para estar en la mejor forma.


El Padrenuestro en el Rosario: En cada rosario repetimos 5 veces el padrenuestro. Cinco veces que recordamos perdonar, aceptar lo que Dios nos manda y recibir el Reino de Dios.

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Evangelio según San Lucas 11,1-4.

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”.


Él les dijo entonces: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación”.

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