Evangelio según San Lucas 11,1-4.
Comentario por David Quiroa
“Enséñanos a orar”
Para muchos, la oración es un “platicar
con Dios” y no le ven el sentido al rezo repetitivo de las mismas frases “como
loros”. Hay que entender que no somos loros y que nuestro cerebro funciona de
otra manera.
Así como un deportista repite muchas
veces el mismo movimiento para perfeccionarlo, el rezo repetido va conformando
nuestra mente a la perfección, al pensamiento de Dios. Repetir la Oración del
Señor, o la alabanza del Ángel a María, vamos poco a poco entendiendo el
misterio de la salvación y el Reino de Dios.
No es algo que pase el primer día,
tampoco Messi metió goles el primer día. Es algo que se practica y nunca se
deja de practicar, para estar en la mejor forma.
El Padrenuestro en el Rosario: En cada rosario repetimos 5
veces el padrenuestro. Cinco veces que recordamos perdonar, aceptar lo que Dios
nos manda y recibir el Reino de Dios.
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Evangelio según San Lucas 11,1-4.
Un día, Jesús estaba orando en cierto
lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a
orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”.
Él les dijo entonces: “Cuando oren,
digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino; danos cada día
nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación”.
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