domingo, 18 de octubre de 2015

“El que quiera ser primero, que se haga servidor” (Mc 1o,35-45.)

Evangelio según San Marcos 10,35-45.
Comentario por David Quiroa

“El que quiera ser primero, que se haga servidor” 

A una semana de la segunda vuelta electoral aquí en Guatemala, estas palabras suenan extrañas. Nadie en su ‘sano juicio’ se pondría a lavarles los pies a los pobres con la intención de volverse grande. Al contrario, entre mayor sea ‘la rosca’ de colaboradores sobre los cuales pararse para subir, mejor para el político.

Pero a nosotros, los cristianos, no debería importarnos el poder temporal ni la gloria mundana. Vamos detrás de algo más grande, de una felicidad completa, de una gloria eterna. Y allá arriba sí vale eso de lavar pies y servir a los demás.

¿Por qué?  Porque es lo que hizo Dios. No vino a ser servido, sino a servir. Ese es el tipo de colaboradores que busca; los que pudiendo tener gloria y poder, los desprecian para ser servidores de los demás. Para ellos es el Reino. Ojalá podamos decir “para nosotros”.


Hoy celebramos a San Lucas, Evangelista: El relato de Lucas inicia con la Anunciación y termina con la predicación a los paganos en la isla de Malta (Hechos 28). En su primer capítulo encontramos las palabras que repetimos en la primera parte del avemaría. Por eso el Rosario completo es un compendio del Evangelio que recordamos íntegro cada semana.

-------
Evangelio según San Marcos 10,35-45.

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir”.

El les respondió: “¿Qué quieren que haga por ustedes?”.

Ellos le dijeron: “Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”.

Jesús les dijo: “No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?”.

“Podemos”, le respondieron.

Entonces Jesús agregó: “Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados”.

Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.


Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario