lunes, 24 de agosto de 2015

“Verán el cielo abierto” (Jn 1,45-51.)

Evangelio según San Juan 1,45-51.    
Comentario por David Quiroa

“Verán el cielo abierto” 

Llegar al cielo antes de Jesús suponía una grandeza extraordinaria.  Para los que creían en eso, quizás sólo Moisés, Abraham y algunos profetas habrían alcanzado tal hazaña. Para los demás, estaba el sepulcro donde todo se volvía polvo.

Cuando Jesús vence a la muerte, el cielo se abre para la persona común y corriente, para el leproso, para el pecador y para el pobre desconocido.

Ahora tenemos el cielo abierto, para el que quiera.  Ya no se necesitan grandes hazañas, la fama del profeta ni el sacrificio del mártir. Sólo creer y hacer un esfuerzo.  

El ejemplo de hoy, San Bartolomé, Apóstol: Uno de los doce, desconocido para el mundo. Algunas leyendas cuentan su martirio, pero lo que sabemos de él es que siguió a Jesús y nada más.

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Evangelio según San Juan 1,45-51.

Felipe encontró a Natanael y le dijo: “Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret”.

Natanael le preguntó: “¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?”. “Ven y verás”, le dijo Felipe.

Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”.

“¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”.

Natanael le respondió: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”.

Jesús continuó: “Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees . Verás cosas más grandes todavía”.


Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.”

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