“Pesadas cargas sobre los hombros de los demás” (Mt 23,1-12.)

Evangelio según San Mateo 23,1-12.  

Comentario por David Quiroa

“Pesadas cargas sobre los hombros de los demás” 

Todos conocemos a alguien así. Les encanta imponer obligaciones sobre los demás, pero a la hora de cumplirlas ellos mismos, no lo hacen. Bastante malo es hacerlo en la vida civil, peor es hacerlo con la vida religiosa.

Porque es cierto que en la vida civil unos mandan y otros obedecen, pero ante Dios todos somos iguales. Si nos damos cuenta que hay que hacer algo, antes de exigirles a los demás que lo hagan, debemos hacerlo nosotros y con más fidelidad.

Dios quiso que todos sufriéramos las mismas tentaciones y los mismos dolores para que fuéramos comprensivos y serviciales unos con otros. Todos fallamos a veces. Antes de reclamarle a otro su error, hay que perdonarlo y ayudarlo a salir adelante.

El ejemplo de hoy, los mártires del siglo XX: En Ucrania, 25 mártires laicos y religiosos mantuvieron su fidelidad frente a los ataques del nazismo y el comunismo.

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Evangelio según San Mateo 23,1-12.

Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:

“Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.

Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.

Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente.

En cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen ‘padre’, porque no tienen sino uno, el Padre celestial.

No se dejen llamar tampoco ‘doctores’, porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.

Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.