viernes, 21 de agosto de 2015

“Amarás al Señor, tu Dios” (Mt 22,34-40.)

Evangelio según San Mateo 22,34-40.  
Comentario por David Quiroa

“Amarás al Señor, tu Dios” 

Se le presenta a Jesús la oportunidad de dejar las cosas claras. Le preguntan “¿cuál es el mandamiento más grande?” y Él no contesta “no matarás”, no dice “obedecerás la Ley” ni dice “descansarás en sábado”.  Dice “amarás al Señor”. ¿Por qué amar y no obedecer?

Como todos los enamorados saben, cuando uno ama a alguien, no necesita que lo manden: uno obedece por gusto hasta el más insignificante capricho de la persona amada. Es más, ni siquiera se necesita que sea persona, como podrán atestiguar los amantes de los perros o de los gatos. Al minino se le dan todos los gustos posibles, sin que tenga ni siquiera que pedirlos.

Amar es un mandamiento que contiene todos los mandamientos existentes y todos los que pudieran inventarse. Si uno logra amar, de veras amar a Dios, o aunque sea al prójimo, no necesita saberse ninguna otra ley.


El ejemplo de hoy, San Pío X: Papa electo en 1903, enfrentó el cambio de los tiempos de su época con una actitud renovadora en Cristo. Fue el creador del primer catecismo universal e impulsor de que los niños recibieran la Primera Comunión a los 7 años.

-------
Evangelio según San Mateo 22,34-40.

Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:

“Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”.


Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario