Evangelio según San Mateo 13,18-23.
Comentario por David Quiroa
“Viene el Maligno y arrebata”
Escuchar y no entender la Palabra de
Dios no es tan simple como perderse una lección de matemáticas o de ciencias.
Existe en la realidad una influencia del demonio que nos quita la alegría de
vivir y el sentido a la existencia.
Esos días que sentimos que nada vale
la pena, que no hay futuro para nosotros y que todo lo bueno es palabrería
inútil; no somos nosotros los únicos culpables. El Maligno busca y encuentra
esos momentos difíciles para hundirnos más en la desesperación.
Por eso es importante leer, escuchar
y meditar la Palabra de Dios hasta encontrarle un sentido. Porque el demonio no
resiste la fuerza de un espíritu devoto, ninguna depresión podrá vencer a quien
cree y entiende la Buena Noticia.
El ejemplo de hoy, Beato Cristóbal de
Santa Catalina: habiendo
alcanzado gran caridad como sacerdote, se hizo pasar por ermitaño y luego se
hizo hermano terciario franciscano, para servir a los pobres más pobres.
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Evangelio según San Mateo 12,46-50.
Escuchen, entonces, lo que significa
la parábola del sembrador.
Cuando alguien oye la Palabra del
Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado
en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso
es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero
no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una
tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre
espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo
y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil
es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea
cien, ya sesenta, ya treinta por uno”.
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