sábado, 25 de julio de 2015

“Que se haga su esclavo, como el Hijo” (Mt 20,20-28.)

Evangelio según San Mateo 20,20-28.
Comentario por David Quiroa

“Que se haga su esclavo, como el Hijo” 

Si nos concedieran el deseo de tener todo el poder del Universo en nuestras manos, lo último que haríamos sería ponernos al servicio de los demás. Y es eso lo que nos pide el Señor.

Exactamente por qué, es algo que no podemos terminar de saber, pero Él dice que para ser grande en Reino hay que ser pequeño en la Tierra. Doce apóstoles y miles de santos que siguieron su consejo no pueden estar completamente equivocados.

Hasta ahora, sólo podemos saber que la gloria de este mundo dura poco y de todas maneras alcanzarla no es tan fácil. Así que nos queda la otra alternativa. ¿Qué podemos perder?

Hoy celebramos al apóstol Santiago: El primero en ser martirizado, Santiago quizás jamás salió de Jerusalén. El famoso “camino de Santiago” que cruza España es más bien el símbolo del recorrido de la fe hacia Occidente, desde Tierra Santa hasta América y mucho más allá.

-------
Evangelio según San Mateo 20,20-28.

La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.

“¿Qué quieres?”, le preguntó Jesús.

Ella le dijo: “Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”.

“No saben lo que piden”, respondió Jesús. “¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?”.

“Podemos”, le respondieron.

“Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre”.

Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.


Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario