“Si hubieran comprendido, no condenarían” (Mt 12,1-8.)

Evangelio según San Mateo 12,1-8.

Comentario por David Quiroa

“Si hubieran comprendido, no condenarían” 

Robar es pecado. Robar por hambre no lo es. Hoy el Señor nos enseña que el objetivo de Su ley no es condenar a la gente sino facilitarle una existencia más sana y armoniosa. El hombre necesita descanso y por eso le exige descansar un día a la semana; pero no quiere que ese descanso sea más angustioso que seguir trabajando, como querían los fariseos.

La misericordia que quiere Dios significa que antes de condenar a alguien por sus acciones, hay que considerar cuáles fueron sus circunstancias. Pensar bien antes que pensar mal. Quizás el ladrón tenía hambre, quizás el asesino se estaba defendiendo, quizás el pandillero no conoció el amor de una familia y lo sustituye con la protección de su pandilla.

Esto no significa ser tolerante con cualquier pecado, ni propio ni ajeno. Significa ser lento para la ira y rápido para el perdón, como Dios. Si comprendiéramos eso, no condenaríamos.

El ejemplo de hoy, San Leon IV: le tocó defender Roma física y espiritualmente. A la vez que reforzaba sus muros, educaba a sus clérigos, para que no entraran invasores de ninguna clase.

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Evangelio según San Mateo 12,1-8.

Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.

Al ver esto, los fariseos le dijeron: “Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado”.

Pero él les respondió: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes?

¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?

Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.

Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.

Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado”.