Evangelio según San Mateo 11,20-24.
Comentario por David Quiroa
“Por no haberse convertido”
¿Qué tan difícil es convertirse? Aparentemente, no es fácil, considerando que
ciudades enteras son recriminadas por Jesús por no convertirse, a pesar de
haber visto milagros. Pero al mismo tiempo, vemos centenares de personas
aceptando el Evangelio, incluso sin ver milagros. ¿Cuál será la
diferencia?
Sin duda, existe la fe. Pero hay algo especial en las personas que se
convierten individualmente. Sin presión
de grupo, sin tener que “quedar bien” frente a los demás, es más fácil aceptar
el mensaje de Jesús.
Lo que para una ciudad es difícil,
para una persona es fácil. No completamente fácil, pero más fácil que si uno
tiene que vencer la presión del grupo además de sus propias malas
inclinaciones. Es bueno saberlo.
El ejemplo de hoy, San Camilo de
Lelis: De joven
hizo de las suyas y las ajenas, con vicios, apuestas y juego. Hasta que alcanzó
la conversión y con la misma pasión se dedicó a los enfermos, dando
literalmente su vida por ellos.
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Evangelio según San Mateo 11,20-24.
Jesús comenzó a recriminar a aquellas
ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido.
“¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti,
Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en
Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y
cubriéndose con ceniza.
Yo les aseguro que, en el día del
Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿acaso crees que
serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque
si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún
existiría.
Yo les aseguro que, en el día del
Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú”.
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