domingo, 19 de julio de 2015

“Para descansar un poco” (Mt 6,30-34.)

Evangelio según San Marcos 6,30-34.
Comentario por David Quiroa

“Para descansar un poco”

Mientras Jesús vivió en carne humana, sufrió lo mismo que nosotros: desvelos, cansancios, hambre, frío, calor… todo lo que una persona pasa, lo pasó Él. Y uno se pregunta, ¿por qué no se dio por vencido?

Habrá muchas explicaciones, pero a mí me gusta pensar que fue porque sabía que hay algo más allá de las penas temporales de este mundo, que por mucho que el cansancio nos agobie, hay quienes nos necesitan y vale la pena seguir adelante.

En ese sentido, no somos muy diferentes a Cristo. Sabemos que hay otra vida después de esta, ¿no? Así que hay una razón para seguir, a pesar del cansancio.

Hoy recordamos a San Símaco: acusado de ocupar el trono de San Pedro de manera ilícita, estableció que el Papa fuera electo y  no designado, iniciando una tradición que ya lleva 1500 años.

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Evangelio según San Marcos 6,30-34.

Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.

Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.  Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.


Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

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