Evangelio según San Mateo 13,36-43.
Comentario por David Quiroa
“Explícanos la parábola”
Al leer la Palabra de Dios hay dos
tendencias: Unos quieren que se interprete todo literalmente y otros creemos
que las palabras adquieren sentido cuando las aplicamos a nuestra vida. El Señor pertenece a la segunda escuela, la
que explica la escritura para ser aplicada en la vida diaria.
Al explicar Sus parábolas, Cristo
quería que Sus discípulos comprendieran lo que estaban escuchando, para que no
fueran como los fariseos ni los escribas, que leen y repiten como loros, pero
no entienden.
En la parábola de la cizaña, Jesús
quiere que tengamos paciencia. Hoy parece que los malos crecen junto a los
buenos y que nada los separa; pero llegará el día que Dios los separará y
entonces cada uno tendrá su recompensa.
El ejemplo de hoy, San Pedro Poveda: Sacerdote dedicado a la educación de los
pobres, destacando en la relación entre fe y ciencia.
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Evangelio según San Mateo 13,36-43.
Entonces, dejando a la multitud,
Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Explícanos
la parábola de la cizaña en el campo”.
El les respondió: “El que siembra la
buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son
los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el
enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los
cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la
quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus
ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron
el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de
dientes.
Entonces los justos resplandecerán
como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!”
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