Evangelio según San Juan 11,19-27.
Comentario por David Quiroa
“El que vive y cree en mí, no morirá”
A menos que Jesús esté mintiendo (y
tenemos numerosas pruebas de que no solo no miente, sino mira más allá de las
apariencias) la muerte simplemente no existe.
Volvámoslo a pensar un rato: Eso que
nosotros llamamos muerte, cuando nuestro cuerpo se queda rígido y se empieza a
podrir, no es muerte. De alguna manera, sólo Dios sabe cómo, seguimos vivos si
creemos en Él.
Se me ocurre una explicación, tan
aventurada como cualquiera: Así como resucitan a los dinosaurios en “Jurassic
Park”, Dios conserva viva nuestra esencia hasta el día que Él decide volverla a
poner en un cuerpo. ¿Muy complicado? No tanto. Para Dios, extremadamente
sencillo.
El ejemplo de hoy, Santa Marta: La hermana de Lázaro, la que se preocupaba por
servirle a Jesús mientras su hermana María lo escuchaba. Al final, aprendió a
no preocuparse de las cosas mundanas y confiar en el Señor.
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Evangelio según San Juan 11,19-27.
Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su
hermano.
Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras
María permanecía en la casa.
Marta dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría
muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas”.
Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”.
Marta le respondió: “Sé que resucitará en la resurrección del último día”.
Jesús le dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque
muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?”.
Ella le respondió: “Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios,
el que debía venir al mundo”.
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