viernes, 26 de junio de 2015

“Para que les sirva de testimonio” (Mt 8,1-4.)

Evangelio según San Mateo 8,1-4.  
Comentario por David Quiroa

“Para que les sirva de testimonio”

Muchas veces uno se pregunta ¿por qué tengo que cumplir con rituales, si Dios sólo quiere misericordia y no sacrificio?  La respuesta está en el Evangelio de hoy: “para que sirva de testimonio”.

A lo mejor uno cree honestamente que no necesita confesarse, pero hay que hacerlo para que sirva de ejemplo para otros que a lo mejor sí lo necesitan.  Quizás uno cree que no necesita en rigor hacer penitencias, ayunos o peregrinaciones, pero los hace para que otros que sí los necesitan vean que son buenos y necesarios.

Un católico que lleva el rosario en la mano por la calle y lo va rezando no es más santo que otro que lo reza en privado. Pero sirve de testimonio.  Ese testimonio podría no valer mucho… o podría salvar el alma de otro y sólo por eso vale la pena hacerlo.

El ejemplo de hoy, San Josemaría Escrivá de Balaguer: Muchas cosas buenas se pueden decir de la obra de San Josemaría, pero quizás una de las más grandes es el testimonio que dan sus seguidores en sus trabajos de cada día. Uno sabe cuando una persona es “del Opus”. Y eso es valioso.

------------


Evangelio según San Mateo 8,1-4.

Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud.
Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes purificarme”.

Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. Y al instante quedó purificado de su lepra.


Jesús le dijo: “No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario