Evangelio según San Juan 10,31-42.
Comentario por David Quiroa
“Todo
lo que dijo era verdad”
Para el mundo nada resulta más incómodo
y peligroso que una persona que siempre dice la verdad. Desde niños se nos enseña a mentir, a ocultar
la verdad y por eso cuando nos la encontramos frente a frente, nos asusta.
Juan el Bautista dijo la verdad sobre
Jesús y por decirle sus verdades a Herodes, lo mataron. Jesús sólo decía la verdad y por decir la
verdad lo persiguen queriendo apedrearlo.
Hoy que empiezan las festividades
mayores de Semana Santa debemos preguntarnos si queremos decir la verdad, con
palabras y obras, o preferimos acomodarnos a lo que a la gente le gusta y
quiere oír.
El ejemplo de hoy, Santa Gema Galgani: Supo
soportar con fe muchos dolores físicos en su vida, incluyendo los estigmas de
la pasión del Señor.
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Evangelio según San Juan 10,31-42.
Los judíos tomaron piedras para
apedrearlo.
Entonces Jesús dijo: “Les hice ver
muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿Por cuál de ellas me quieren
apedrear?”.
Los judíos le respondieron: “No
queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que,
siendo hombre, te haces Dios”.
Jesús les respondió: “¿No está escrito
en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? Si la Ley llama dioses a los que Dios
dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: ‘Tú blasfemas’, a quien el Padre
santificó y envió al mundo, porque dijo: “Yo soy Hijo de Dios”? Si no hago las
obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no
me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el
Padre”.
Ellos intentaron nuevamente detenerlo,
pero él se les escapó de las manos.
Jesús volvió a ir al otro lado del
Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí.
Muchos fueron a verlo, y la gente
decía: “Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era
verdad”.
Y en ese lugar muchos creyeron en él.
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