Evangelio
según San Mateo 6,1-6.16-18
Comentario por: David Quiroa
“No hagan
como los hipócritas”
La ceniza
que nos ponemos hoy es un símbolo de penitencia. Pero es sólo eso, un símbolo, no es la
penitencia.
Si nos
ponemos la ceniza “como los hipócritas” sólo para que miren que cumplimos con
la tradición, ya con eso tenemos nuestra recompensa y el Padre no nos dará nada
más.
Si en
cambio, lo hacemos de forma discreta, sin
que nadie lo note, y por dentro llevamos el auténtico arrepentimiento y el
verdadero propósito de mejorar nuestra vida, el Padre que ve en lo secreto nos
recompensará.
El ejemplo
de hoy: Santas Fusca y Maura,
mártires. Acusadas de ser cristianas, no pudieron apresarlas porque un ángel
las protegía. Tuvieron que acudir voluntariamente al tribunal y sufrir el
martirio sin oponer resistencia.
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Evangelio
según San Mateo 6,1-6.16-18
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para
ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del
Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti,
como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por
los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tu des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la
derecha, para que tu limosna quede en
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta
orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos.
Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tu en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y
ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te
recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas,
que desfiguran su rostro para que se
note que ayunan. Les aseguro que con
eso, ya han recibido su recompensa.
Tu en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para
que el ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
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