Evangelio
según San Marcos 6,53-56
Comentario por: David Quiroa
“Los que lo
tocaban quedaban curados”
¿Acaso
tenía un poder “mágico” el manto de Jesús? ¡Por supuesto que no! Él mismo lo dijo cuando curó a la hemorroísa,
que no era el manto, sino la fe lo que la había curado (Mt 9,22)
Estamos por
iniciar la Cuaresma y no podemos esperar de esta época que la cruz de ceniza ni
los mantos morados nos curen por magia. Debe haber fe para que la Cuaresma
entre en nosotros y nos transforme íntimamente. En caso contrario, la cruz, el
sacrificio y tocar el manto de Jesús no sirven para nada.
Esa
curación que queremos no viene del manto, sino de la relación entre Jesús y
nosotros, cuando ambos nos acercamos uno al otro, le pedimos la curación y Él
dice “quiero, queda curado” (Mt 8,3)
El ejemplo
de hoy: San Gregorio III, Papa.
Elegido por aclamación por sus grandes virtudes, luchó contra las herejías e
instauró el culto a las reliquias de los santos.
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Evangelio
según San Marcos 6,53-56
Después de atravesar el
lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí.
Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y
comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos,
hasta el lugar donde sabían que él estaba.
En todas partes donde
entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le
rogaban que los dejaran tocar tan solo los flecos de su manto y los que lo
tocaban quedaban curados.
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