lunes, 11 de febrero de 2013


Evangelio según San Marcos 6,53-56
Comentario por: David Quiroa

“Los que lo tocaban quedaban curados” 

¿Acaso tenía un poder “mágico” el manto de Jesús? ¡Por supuesto que no!  Él mismo lo dijo cuando curó a la hemorroísa, que no era el manto, sino la fe lo que la había curado (Mt 9,22)

Estamos por iniciar la Cuaresma y no podemos esperar de esta época que la cruz de ceniza ni los mantos morados nos curen por magia. Debe haber fe para que la Cuaresma entre en nosotros y nos transforme íntimamente. En caso contrario, la cruz, el sacrificio y tocar el manto de Jesús no sirven para nada.

Esa curación que queremos no viene del manto, sino de la relación entre Jesús y nosotros, cuando ambos nos acercamos uno al otro, le pedimos la curación y Él dice “quiero, queda curado” (Mt 8,3)

El ejemplo de hoy: San Gregorio III, Papa. Elegido por aclamación por sus grandes virtudes, luchó contra las herejías e instauró el culto a las reliquias de los santos.
---------------     

Evangelio según San Marcos 6,53-56

Después de atravesar el lago, llegaron a Genesaret y atracaron allí.  Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba.

En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejaran tocar tan solo los flecos de su manto y los que lo tocaban quedaban curados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario