sábado, 9 de febrero de 2013


Evangelio según San Marcos 6,30-34
Comentario por: David Quiroa

“Vengan para descansar un poco” (Mc 6,30-34)

Jesús compartió con nosotros toda nuestra humanidad, incluso el cansancio que sentimos cuando no nos da tiempo ni para comer en paz.

Ahora que Él ha resucitado no siente cansancio, pero sabe lo que es sentirse agobiado por el trabajo.  Por eso tiene compasión de nosotros, nos enseña y nos guía por esta vida, ya no como un dios inaccesible, sino como uno más, Dios y hombre a la vez, cansado y poderoso, agobiado y bondadoso.

Al acercarnos a Jesús podemos sentirnos comprendidos en nuestras alegrías y tristezas porque Él sabe lo que se siente y por eso tiene misericordia de nosotros.

El ejemplo de hoy: San Marón. Santo venerado por la Iglesia Romana y la Ortodoxa, proponía como camino a la santidad la austeridad, la soledad y la oración.

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Evangelio según San Marcos 6,30-34

Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

El les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco».
Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.

Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos
los reconocieron, y de todas las ciudades  acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.

Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor,  y estuvo enseñándoles largo rato.

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