Evangelio
según San Marcos 6,30-34
Comentario por: David Quiroa
“Vengan
para descansar un poco” (Mc 6,30-34)
Jesús
compartió con nosotros toda nuestra humanidad, incluso el cansancio que
sentimos cuando no nos da tiempo ni para comer en paz.
Ahora que
Él ha resucitado no siente cansancio, pero sabe lo que es sentirse agobiado por
el trabajo. Por eso tiene compasión de
nosotros, nos enseña y nos guía por esta vida, ya no como un dios inaccesible,
sino como uno más, Dios y hombre a la vez, cansado y poderoso, agobiado y
bondadoso.
Al
acercarnos a Jesús podemos sentirnos comprendidos en nuestras alegrías y
tristezas porque Él sabe lo que se siente y por eso tiene misericordia de
nosotros.
El ejemplo
de hoy: San Marón. Santo
venerado por la Iglesia Romana y la Ortodoxa, proponía como camino a la
santidad la austeridad, la soledad y la oración.
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Evangelio
según San Marcos 6,30-34
Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron
todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar
desierto, para descansar un poco».
Porque era tanta la gente que iba y venía, que no
tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar
desierto. Al verlos partir, muchos
los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron
antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se
compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
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