sábado, 16 de febrero de 2013


Evangelio según San Lucas 5,27-32
Comentario por: David Quiroa

“No he venido a llamar a los justos” 

Junto con la Cuaresma empiezan las burlas contra los que la celebran. “¡Ay sí! Miren ese haciendo alfombras, ¡si nosotros sabemos que tiene amante!” “¡Ay sí! Miren aquél otro, cargando la procesión, y en la bolsa lleva el trago.”

Pues precisamente, la Cuaresma no es para los justos, sino para los pecadores, para que se conviertan. El Señor no vino a juntarse con los santos, porque ellos comparten el cielo con El.  Vino a buscar a los pecadores, y entre ellos a los peores porque tiene esperanza de hacerlos santos.

Así que si usted observa a un pecador celebrando la Cuaresma, alégrese. Peor sería que se hubiera quedado pecando y peor aún que no reconociera al Señor.

El ejemplo de hoy: Beato José Allamano. Demasiado enfermo para ser misionero, se dedicó a formar misioneros y decía: “Cuanto más trabajen, tanto más necesitarán de la oración”.
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Evangelio según San Lucas 5,27-32

Después Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo “Sígueme”.

El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los escribas  murmuraban y decían a los discípulos de Jesús:  “¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?”.

Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: “No son  los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.  Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.

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