Evangelio
según San Lucas 5,27-32
Comentario por: David Quiroa
“No he
venido a llamar a los justos”
Junto con
la Cuaresma empiezan las burlas contra los que la celebran. “¡Ay sí! Miren ese
haciendo alfombras, ¡si nosotros sabemos que tiene amante!” “¡Ay sí! Miren
aquél otro, cargando la procesión, y en la bolsa lleva el trago.”
Pues
precisamente, la Cuaresma no es para los justos, sino para los pecadores, para
que se conviertan. El Señor no vino a juntarse con los santos, porque ellos
comparten el cielo con El. Vino a buscar
a los pecadores, y entre ellos a los peores porque tiene esperanza de hacerlos
santos.
Así que si
usted observa a un pecador celebrando la Cuaresma, alégrese. Peor sería que se
hubiera quedado pecando y peor aún que no reconociera al Señor.
El ejemplo
de hoy: Beato José Allamano.
Demasiado enfermo para ser misionero, se dedicó a formar misioneros y decía: “Cuanto
más trabajen, tanto más necesitarán de la oración”.
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Evangelio
según San Lucas 5,27-32
Después Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba
sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo “Sígueme”.
El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos
publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y los
escribas murmuraban y decían a los
discípulos de Jesús: “¿Por qué ustedes
comen y beben con publicanos y pecadores?”.
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico,
sino los enfermos. Yo no he venido a
llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan”.
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