miércoles, 30 de enero de 2013


Evangelio según San Marcos 4,1-20
Comentario por: David Quiroa

“Enseñaba por medio de parábolas”

Dios se hizo hombre para que pudiéramos entenderlo. Es muy difícil entender el infinito y la eternidad, pero es fácil entender a un hombre, nacido de mujer, hijo de Dios.

Hoy nos habla de una Palabra que se lanza al aire, y que sólo los que realmente la quieren pueden recibirla y hacerla crecer.  Eso no nos quita la obligación de seguirla lanzando, no es nuestra tarea decidir quién la recibe y quién no, sólo lanzarla.

Y así lanzamos al aire hoy este mensaje:  Pórtense bien, que el Reino está allí nomás. El que quiera, lo encuentra.

El ejemplo de hoy: San Mutien Marie Wiaux (se pronuncia mucién-marí-vió). Profesor de música, no hizo nada sorprendente, excepto combinar su trabajo con un rezo permanente, en especial a la Virgen. “Oraba siempre y en todas partes”.

---------------     

Evangelio según San Marcos 4,1-20

Jesús comenzó a enseñar de nuevo a orillas del mar.  Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca dentro  del mar, y sentarse en ella.  Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla.

El les enseñaba muchas cosas por medio de  parábolas, y esto era lo que les enseñaba:

“¡Escuchen!  El sembrador salió a sembrar.  Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.  Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto.  Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el  sesenta, ya el ciento por uno”.

Y decía: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”.

Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto a los Doce, le preguntaban el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: “A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón”.

Jesús les dijo: “¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?

El sembrador siembra la Palabra.  Los que están al borde del camino, son aquéllos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan,  viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.

Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría; pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación ola persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.

Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa.

Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario