jueves, 24 de enero de 2013


Evangelio según San Marcos 3,1-6
Comentario por: David Quiroa

“Como curaba a muchos…” 

El mundo no ha cambiado mucho en dos mil años: nos acercamos al Señor sólo cuando estamos enfermos y necesitamos que nos cure, aunque sea sólo de las finanzas.

Y no es que el Señor nos rechace, pero sin duda a veces le dan ganas de subirse a una barca con sus discípulos y alejarse de la multitud que lo busca por interés.

Sería muy interesante si un día que estemos sanos y tranquilos nos acercamos a Dios, no para pedirle nada, sino nada más para acompañarlo en la barca.  Quizás descubriríamos a un Jesús que prefiere nuestra compañía que la de la multitud.

El ejemplo de hoy: San Francisco de Sales.  Pasaba largas horas en oración y decía: “Las almas se ganan con las rodillas”

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Evangelio según San Marcos 3,7-12

Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea.

Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón.

Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara.

Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban a sus pies gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!".

Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.

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