Evangelio
según San Marcos 3,1-6
Comentario por: David Quiroa
“Como
curaba a muchos…”
El mundo no
ha cambiado mucho en dos mil años: nos acercamos al Señor sólo cuando estamos enfermos
y necesitamos que nos cure, aunque sea sólo de las finanzas.
Y no es que
el Señor nos rechace, pero sin duda a veces le dan ganas de subirse a una barca
con sus discípulos y alejarse de la multitud que lo busca por interés.
Sería muy
interesante si un día que estemos sanos y tranquilos nos acercamos a Dios, no
para pedirle nada, sino nada más para acompañarlo en la barca. Quizás descubriríamos a un Jesús que prefiere nuestra
compañía que la de la multitud.
El ejemplo
de hoy: San Francisco de Sales. Pasaba largas horas en oración y decía: “Las almas
se ganan con las rodillas”
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Evangelio
según San Marcos 3,7-12
Jesús se
retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de
Galilea.
Al
enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de
Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y
Sidón.
Entonces
mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no
lo apretujara.
Porque,
como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban a sus pies gritando:
"¡Tú eres el Hijo de Dios!".
Pero Jesús
les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.
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