Evangelio
según San Marcos 2,13-17
Comentario por: David Quiroa
“¿Por qué
come con publicanos y pecadores?”
Como nos
encanta el chisme, todos los días nos encontramos con alguien que es “tan
religioso... ¡y vieran lo que hizo!”. Apenas anteayer alguien me decía “no sé
de qué tanto te confiesas, no creo que tengas muchos pecados”. ¡Ay Dios, si
supiera!
Cristo vino
precisamente para curarnos a nosotros, los enfermos; no para rodearse de la
élite de la sociedad. La única
diferencia entre los que tratamos de seguirlo y los peores delincuentes es que
nosotros intentamos ser cada día mejores, nos duelen nuestros pecados y los rechazamos cada vez que los cometemos.
Pero eso no
significa que seamos santos. Somos pecadores que comemos con el Señor, no por nuestros
méritos, sino sólo por su infinita Gracia.
El ejemplo
de hoy: San Canuto. Rey de
Dinamarca en tiempos de barbarie, fue conquistador y guerrero, y en tiempos de
paz procuraba el bienestar de su pueblo, especialmente de los más pobres.
---------------
Evangelio
según San Marcos 2,13-17
Jesús salió
nuevamente a la orilla del mar; toda la gente acudía allí y él les enseñaba.
Al pasar
vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le
dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo
siguió.
Mientras Jesús
estaba comiendo en su casa, muchos publicanos y pecadores se sentaron a comer
con él y sus discípulos; porque eran muchos los que lo seguían.
Los
escribas del grupo de los fariseos, al ver que comía con pecadores y
publicanos, decían a los discípulos: “¿Por qué come con publicanos
y
pecadores?”
Jesús, que
había oído, les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico,
sino los enfermos. Yo no he venido a
llamar a los justos, sino a los pecadores”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario