lunes, 14 de enero de 2013


Evangelio según San Marcos 1,14-20
Comentario por: David Quiroa

“Después de que Juan fue arrestado” (Mc 1,14-20)

En esta vida todo tiene su debido tiempo. Ha terminado el tiempo de Navidad, de la preparación para el año nuevo y ahora viene el tiempo ordinario, el del ciclo escolar, el de caminar junto a Jesús para llevar el Evangelio a todas las naciones.

Esto no significa salir a gritar a las plazas, al menos, no para todos. Significa seguirlo, seguir sus enseñanzas y a través del ejemplo, que es el mejor maestro, mostrarle al mundo que hay otra forma de vivir, y con esto convertirnos en pescadores de almas para Dios.

El reino de Dios está cerca.  Tan cerca que podemos vivir en él, o pasarlo de lado sin darnos cuenta.

El ejemplo de hoy: San Félix de Nola. Desde joven abrazó la religión y en medio de grandes persecuciones recibió la dirección espiritual de su ciudad natal.
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Evangelio según San Marcos 1,14-20

Después de que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea.  Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:

“El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca.  Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.

Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.

Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”. Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.

Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en la barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

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