Evangelio según San Marcos 1,21b-28
Comentario por: David Quiroa
“Todos estaban asombrados”
Las obras del Señor son asombrosas.
Dios se vale de todo lo que ha creado, incluyendo a los ángeles desobedientes,
para hacer llegar Su palabra a toda criatura.
No debe asombrarnos de ninguna manera
que una escultura, físicamente un palo tallado sin alma ni sentimientos, sirva
para que mucha gente se acerque a Dios y a través de la vista de una imagen entienda
que Cristo nació, vivió, murió y resucitó por nosotros.
Dios enseña de muchas maneras y así su
fama se extiende hasta el lugar más remoto, lo más oscuro de nuestro corazón.
El ejemplo de hoy: San
Arnoldo Janssen, Hace poco menos de 150 años, fundó la Orden de Misioneros del
Verbo Divino, para llevar a Cristo a todo el mundo. Hoy cuentan con más de 10,000
misioneros y misioneras.
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Evangelio según San Marcos 1,21b-28
Todos estaban asombrados de su
enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre
poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: “¿Qué quieres de nosotros,
Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.
Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate
y sal de este hombre”.
El espíritu impuro lo sacudió
violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se
preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de
autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!”.
Y su fama se extendió rápidamente por
todas partes, en toda la región de Galilea.
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