jueves, 10 de enero de 2013


Evangelio según San Lucas 4,14-22a
Comentario por David Quiroa
    
 "Llevar la Buena Noticia a los pobres" 

¿A que se debe esa preferencia de Dios hacia los pobres? ¿Qué tienen "ellos" que no  tengamos los que sí comemos los tres tiempos? 

La diferencia es en qué ponemos nuestra confianza.  El rico confía en su chequera, en su trabajo, en su tarjeta de crédito y en el tipo de cambio.  El pobre sólo confía en la infinita misericordia de Dios y la caridad de los demás.

No importa cuánto tengamos o dejemos de tener, la riqueza nunca será suficiente. Sólo el que confía en Dios es realmente feliz, porque lo tiene todo y no necesita nada más.

El ejemplo de hoy: San Agatón, Papa. De joven repartió su fortuna entre los pobres, de viejo fue electo Papa y compartió la riqueza espiritual con la Iglesia de Oriente. En ambas es considerado santo.

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Evangelio según San Lucas 4,14-22a

Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu
y su fama se extendió en toda la región.

Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.

Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. 

Le presentaron el libro del profeta Isaías y abriéndolo encontró el pasaje donde estaba escrito: El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a dar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.

Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".

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