Evangelio según San Juan 1,35-42
Comentario por: David Quiroa
“Hemos encontrado al Mesías” (Jn 1,35-42)
En este pasaje del Evangelio vemos
cómo la fe se transmite de una persona a otra, siendo así que el mayor de los
apóstoles, Pedro, es el tercero en
enterarse: Juan Bautista le dice a todos, Andrés lo escucha, sigue a Jesús y
luego va a contarle a Pedro.
Por eso no debemos tener pena de decir
lo que creemos, con naturalidad, sin ánimo de ofender sino sólo de transmitir
lo que hemos escuchado. Muchos de los que escucharon a Juan Bautista no se
convirtieron, pero uno que lo escuchó por medio de otro, fue el cimiento de
toda la Iglesia.
El ejemplo de hoy: Santa
Isabel Ana Seton. Viuda muy joven y con
cinco hijos, se convirtió al catolicismo al descubrir la generosidad de una
familia católica. Luego fundó la primera congregación religiosa de
Norteamérica.
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Evangelio según San Juan 1,35-42
Al día siguiente, estaba Juan otra vez
allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”.
El se dio vuelta y, viendo que lo
seguían, les preguntó: “¿Qué quieren?”.
Ellos le respondieron: “Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?”.
“Vengan y lo verán”, les dijo. Fueron,
vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de
la tarde. Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús
era Andrés, el hermano de
Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su
propio hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”, que traducido
significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: “Tu eres Simón, el
hijo de Juan: tú te llamarás Cefas”, que traducido significa Pedro.
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