jueves, 3 de enero de 2013


Evangelio según San Juan 1,29-34
Comentario por: David Quiroa


“Yo lo he visto y doy testimonio” 

Así como María fue la primera cristiana, Juan  fue el segundo, porque desde el seno materno reconoció a Jesús al oír el saludo de María.

Aún así, Juan tuvo que pasar años en el desierto, vestido de piel de camello y  comiendo insectos para volver a reconocer a su propio primo según la carne como el Hijo de Dios.

Que no nos extrañe a nosotros pasar tiempos de sequedad espiritual, cuando dudamos de todo y perdemos la esperanza hasta que otra vez encontramos a Dios en nuestras vidas.

Que ese desánimo no nos haga perder el camino hasta volver a decir “yo lo he visto”.

El ejemplo de hoy: Santísimo Nombre de Jesús. Invocar el nombre de Jesús no tiene propiedades mágicas.  Es un recuerdo de todo lo que ese  nombre significa y por ese recuerdo tenemos fuerza para seguir adelante en todo.

---------------     

Evangelio según San Juan 1,29-34

Al día siguiente, Juan vio acercarse a Jesús y dijo: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A él me refería, cuando dije: Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo.

Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua para que él fuera manifestado a Israel”.

Y Juan dio este testimonio: “He visto al Espíritu descender desde el cielo en forma de paloma y permanecer en él.

Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquél sobre el que veas descender el Espíritu y permanecer sobre él, ese es el que bautiza en el Espíritu Santo’.

Yo lo he visto y doy testimonio de que él es el Hijo de Dios”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario