Evangelio según San Mateo 18,12-14
Comentario por: David Quiroa
“El Padre no quiere que se pierda ni
uno”
Más de una vez hemos pensado: “¿De qué sirve portarse bien, si Dios
perdona a todos?” Nos sentimos como el hermano del hijo pródigo, traicionados por el Padre, sufriendo
años de trabajo duro para que venga
éste y le regale todo al hijo mal
portado.
La verdad es que lo hacemos -o deberíamos hacerlo- por amor. No por
la recompensa, que no todos alcanzan
de todas maneras, sino porque amamos al Padre y nos gusta verlo
feliz.
¿De qué sirve alcanzar el cielo a
disgusto, pataleando como la oveja perdida?
Más bonito es vivir contentos, agradecidos de lo que Dios nos da,
cobijados en Su amor, seguros que al
final nos dirá “todo lo Mío es tuyo” (Cf Lc 15,31)
El ejemplo de hoy: San Dámaso
I, Papa. Encargó la primera traducción de la Biblia a lenguaje popular en el
siglo cuarto.
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Evangelio según San Mateo 18,12-14
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de
ellas se pierde,
¿no deja las noventa y nueve restantes
en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
Y si llega a encontrarla, les aseguro
que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre que está en
el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.
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