Evangelio según San Lucas 5,17-26
Comentario por: David Quiroa
“¿Quién puede perdonar los pecados?”
Como bien sabemos, los milagros fueron
hechos para que la gente crea (Jn 20,30-31). Lo importante no es el milagro en
sí, que sólo beneficia a una persona, sino creer en lo que ha dicho el que hace
el milagro.
Y Jesús dijo “tus pecados te son
perdonados”. Eso significa dos cosas: Una, que Jesús es Dios, y la segunda, que
puede perdonar los pecados.
Es tan importante que nosotros creamos
esto, que Dios hace caminar al paralítico instantáneamente. Creyendo que Jesús
es Dios y que puede perdonarnos, podemos enderezar nuestra vida y
eventualmente, alcanzar la salvación.
El ejemplo de hoy: Santa
Eulalia de Mérida: A los trece años fue martirizada por negarse a renunciar a
su fe. Para que creamos que los niños también son capaces de tener fe.
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Evangelio según San Lucas 5,17-26
Un día, mientras Jesús enseñaba, había
entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas
las regiones de Galilea, de Judea y de
Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar.
Llegaron entonces unas personas
transportando a un paralítico sobre una camilla, y buscaban el modo de entrar,
para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la
multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con una camilla
en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús.
Al ver su fe, Jesús le dijo: “Hombre,
tus pecados te son perdonados”. Los
escribas y fariseos comenzaron a preguntarse: “¿Quién es este que blasfema?
¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?”.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos,
les dijo: “¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados
te son perdonados’ o
‘Levántate y camina’?.
Para que ustedes sepan que el Hijo del
hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al
paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa”.
Inmediatamente, se levantó a la vista
de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.
Todos quedaron llenos de asombro y
glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: “Hoy hemos visto cosas
maravillosas”.
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