Evangelio según San Lucas 1,39-45
Comentario por: David Quiroa
“El niño saltó de alegría”
La visita de María a Isabel está llena
de grandes significados para nosotros. Aquél niño, Juan Bautista, concebido
natural pero milagrosamente, reconoce a Cristo por la voz de María y salta de
alegría.
¿Quién de nosotros no saltaría de
alegría al escuchar el saludo de la Madre del Señor? ¿Quién se cree digno de
que Ella venga a visitarle? Y sin embargo, lo hace. Ella sí, vigila nuestros sueños, sabe cuándo
nos portamos bien y cuándo nos portamos mal y nos está preparando el regalo más
grande que persona alguna pueda recibir. ¡María ha llegado a nuestro pueblo! ¡Saltemos de
alegría!
El ejemplo de hoy: San Pedro
Canisio, creador de la prensa católica, explicaba de maneras simples las
enseñanzas de la Iglesia. Murió rezando el Rosario en público y viendo una aparición
de la Virgen.
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Evangelio según San Lucas 1,26-38
En aquellos días, María partió y fue
sin demora a una montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a
Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el
niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú
eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién
soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el
niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá
lo que fue anunciado de parte del Señor”.
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