lunes, 5 de noviembre de 2012


Evangelio según San Lucas 14,12-14. 
Comentario por: David Quiroa

“Invita a los pobres” (Lc 14, 12-14.)
                                                                                              
Dios no se queda con nada, decía mi abuela. Pero esto no tiene nada que ver con el karma del que hablan los hindúes, porque la recompensa de Dios no es idéntica al bien o mal que se ha hecho sino muy diferente.

Al bien, Dios lo recompensa abundantemente. Hasta  un simple vaso de agua lo recompensa (Mt 10,42). En cambio el mal trata de pasarlo por alto  (Salmo 103, 8-10), espera pacientemente nuestro arrepentimiento para perdonarlo.

Por eso, cada vez que podamos, hay que hacer algo bueno por alguien que no puede pagarnos el favor. Por poquito que sea, estamos haciendo la mejor inversión de la vida.

El ejemplo de hoy: San Zacarías y Santa Isabel. Los tíos de Jesús, “justos ante Dios”. No dudaron ni un instante en recibir en su casa a la Virgen,  embarazada sin haberse casado. ¿Habríamos hecho nosotros lo mismo?

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Evangelio según San Lucas 14,12-14. 

Después dijo al que lo había invitado: 

“Cuando des un almuerzo o una cena,  no invites a tus amigos, ni a tus hermanos,  ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos,  no sea que ellos te inviten a su vez,  y así tengas tu recompensa.  Al contrario, cuando des un banquete,  invita a los pobres, a los lisiados,  a los paralíticos, a los ciegos.  ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen  cómo retribuirte, y así tendrás tu  recompensa en la resurrección de los justos!”. 

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