Evangelio según San Lucas 19,45-48.
Comentario por: David Quiroa
“Casa de oración”
Si Dios está en todas partes,
¿por qué necesita una “casa”? La verdad
es que Él no la necesita, la necesitamos nosotros.
Somos seres materiales y
entendemos las cosas de forma material.
Así como necesitamos escuelas, bancos y mercados; necesitamos iglesias y
capillas donde ir a aprender, orar, recibir perdón y dar misericordia.
Muchos se niegan a ir a un
edificio a orar, pero cometen un error. El sentimiento que va junto al
movimiento de “ir”, sentarse arrodillarse y “platicar” con Dios es importante.
No para Él, sino para nosotros.
El ejemplo
de hoy: San Columbano. Monje, elaboró una regla de vida monástica sumamente estricta,
que antes que alejar, atraía seguidores a su monasterio, llegando a tener más
de 300.
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Evangelio según San Lucas
19,45-48.
Y al entrar al Templo, se puso a echar
a los vendedores, diciéndoles:
“Está escrito: Mi casa será una casa
de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”.
Y diariamente enseñaba en el Templo.
Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban
la forma de matarlo.
Pero no sabían cómo hacerlo, porque
todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
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