sábado, 17 de noviembre de 2012


Evangelio según San Lucas 18,1-8.
Comentario por: David Quiroa

“Orar siempre sin desanimarse” 

Muy raras veces nosotros pedimos varias veces por una misma intención.  Generalmente pedimos por algo hoy y por otra cosa mañana, y creemos que si Dios no nos hizo tal favor es porque no quiere hacerlo.

En realidad, Dios escucha nuestros ruegos siempre, pero también espera a ver si de verdad queremos aquélla cosa o solamente tenemos un capricho pasajero.

Jesús pone como ejemplo a un juez malo que hace el favor a la viuda por pura insistencia. Y si alguien malo es capaz de hacer eso, ¿qué no hará Dios que es infinitamente bueno?

El ejemplo de hoy: Santa Isabel de Hungría. Noble, fiel y amante esposa, al quedar viuda siguió su labor humanitaria y de permanente oración y caridad.

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Evangelio según San Lucas 18,1-8.

Después Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’.

Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme’”.

Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.

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