viernes, 19 de octubre de 2012



Evangelio según San Lucas 12,1-7. 
Comentario por: David Quiroa

“Cuídense de la hipocresía”
                                                                                              
¿Por qué me hace daño la hipocresía si no soy yo el hipócrita?  Porque me proyecta una falsa imagen del mundo.  

Cuando veo gente que “parece” ser buena pero en realidad no lo es, me siento mal conmigo mismo, porque siento que no estoy haciendo las cosas bien. Luego descubro que aquélla persona es un hipócrita, y me decepciono.

Cuídense de esa gente, dice el Señor. Hace más daño un hipócrita que un asesino, porque el asesino sólo nos puede matar una vez y se acabó, pero el hipócrita nos puede hacer sufrir y llevar por mal camino el resto de la vida.

El ejemplo de hoy: San Pablo de la Cruz. Con su ejemplo motivaba a muchos a arrepentirse.

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Evangelio según San Lucas 12,1-7. 

Mientras tanto se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.  No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas.

A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.

¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros. 

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