sábado, 20 de octubre de 2012



Evangelio según San Lucas 12,8-12. 
Comentario por: David Quiroa

“No se le perdonará” (Lc 12,8-12)
                                                                                              
Sólo una vez el Señor menciona un pecado imperdonable: la blasfemia contra el Espíritu Santo. ¿Qué es eso? 

Es un estado de incredulidad continua.  Cuando nos negamos a creer en Dios, no por convencimiento o por ignorancia, sino por la terquedad de no creer por el gusto de no creer.  Parece un pecado difícil de cometer, pero en realidad vivimos en peligro de caer siempre.

Cuando nos negamos a creer que Dios nos perdona, ofendemos al Espíritu Santo. Cuando no creemos que Dios provee, cuando nos sentimos superiores a Su palabra, en fin, en todos los momentos que dudamos, corremos el riesgo de cometer el pecado imperdonable. 

Por eso es bueno siempre decir “yo creo”. Por difícil que parezca, por imposible que resulte, yo creo. Creyendo, todos los pecados pueden ser perdonados.

El ejemplo de hoy: Santa María Bertila Boscardini. Era feliz ocupando siempre el último lugar, el más despreciado, por servir a los demás.

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Evangelio según San Lucas 12,8-12. 

Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del hombre lo reconocerá ante los ángeles de Dios. Pero el que no me reconozca delante de los hombres, no será reconocido ante los ángeles de Dios. 

Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.

Cuando los lleven ante las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir,  porque el Espíritu Santo les enseñará en ese momento lo que deban decir”.

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