domingo, 21 de octubre de 2012



Evangelio según San Marcos 10,35-45.  
Comentario por: David Quiroa

“El mismo Hijo vino para servir” 
                                                                                              
¡Cómo nos cuesta entender esto!  Pasamos la vida entera persiguiendo puestos y honores, cuando el Hombre que más honor merece, vino a servir y no a ser servido.

Con la educación que tenemos, que alaba siempre al que supera a los demás, al que más puntos tiene y al que más sueldo gana, es difícil que se nos quite esa manía de perseguir siempre un puesto más alto. 

Pero ojalá al menos entendamos que no es más feliz el que más sirvientes tiene, sino el que más sirve a los demás.

El ejemplo de hoy: San Gaspar de Búfalo. Decía: “Si es tan bonito trabajar por Nuestro Señor aquí en medio de tantas fatigas, ¿cuánto más será  estar junto a Él en el cielo, donde no hay dolor ni cansancio?”

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Evangelio según San Marcos 10,35-45. 

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: “Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir”.

El les respondió: “¿Qué quieren que haga por ustedes?”.

Ellos le dijeron: “Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria”.

Jesús les dijo: “No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?”.

“Podemos”, le respondieron.

Entonces Jesús agregó: “Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados”.

Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.

Jesús los llamó y les dijo: “Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.  Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”. 

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