martes, 9 de octubre de 2012


Evangelio según San Lucas 10,38-42. 
Comentario por: David Quiroa

“Te inquietas por muchas cosas” (Lc 10,38-42.)
                                                                                              
Lo que Marta tiene en el Evangelio de hoy,  es lo que conocemos como “estrés”.  Esa  inquietud permanente por tenerlo todo bajo control que no nos deja ocuparnos de lo que realmente es importante.

Al poner a Cristo como lo más importante,  María se relaja y deja de sufrir por las cosas de este mundo.  

Eso no quiere decir que no haya que hacer las tareas de la casa: significa que poniendo a Dios en primer lugar, lo demás se resuelve fácil. Quizás no tengamos la casa más limpia del mundo, ni el auto último modelo, pero viviremos mucho mejor.

El ejemplo de hoy: San Demetrio, mártir.  Gobernador de Tesalónica, tenía orden de  eliminar a los cristianos y en lugar de eso, evangelizaba a los paganos.

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Evangelio según San Lucas 10,38-42. 

Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.

Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.

Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas,  y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”. 

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