Evangelio según
San Lucas 10,38-42.
Comentario por: David Quiroa
“Te inquietas por muchas cosas” (Lc 10,38-42.)
Lo que Marta tiene en el Evangelio de
hoy, es lo que conocemos como “estrés”. Esa inquietud
permanente por tenerlo todo bajo control que no nos deja ocuparnos de lo que realmente
es importante.
Al poner a Cristo como lo más
importante, María se relaja y deja de sufrir por las cosas de este mundo.
Eso no quiere decir que no haya que
hacer las tareas de la casa: significa que poniendo a Dios en primer lugar, lo
demás se resuelve fácil. Quizás no tengamos la casa más limpia del mundo, ni el
auto último modelo, pero viviremos mucho mejor.
El ejemplo de hoy: San Demetrio, mártir. Gobernador
de Tesalónica, tenía orden de eliminar a los cristianos y en lugar
de eso, evangelizaba a los paganos.
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Evangelio
según San Lucas 10,38-42.
Mientras iban caminando, Jesús entró en
un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía
una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su
Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los
quehaceres de la casa, dijo a Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me
deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”.
Pero el Señor le respondió: “Marta,
Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas
cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no
le será quitada”.
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