jueves, 25 de octubre de 2012


Evangelio según San Lucas 12,49-53. 
Comentario por: David Quiroa

“He venido a traer fuego”
                                                                                              
La palabra de Dios se parece mucho a un fuego que nos quema por dentro, y busca destruir nuestras malas inclinaciones.

Cuando hemos dejado que el Señor penetre en nosotros, ya no podemos seguir en paz  con la persona que éramos antes, no digamos con las personas que antes nos rodeaban.

La división de la que habla Cristo en este Evangelio no es una simple rencilla familiar, es una ruptura entre lo viejo y lo nuevo, lo de antes y lo de ahora. La familia que reza junta no debe preocuparse de que haya ese pleito entre nueras y suegras, la persona que no  abrace con fuerza su fe, que sí se preocupe porque hasta entre sí mismo encontrará conflictos.

El ejemplo de hoy: Santos Crispín y Crispiniano. Ambos hábiles zapateros, hacían excelentes  trabajos para los ricos, y a los pobres les regalaban los zapatos. Y mientras lo hacían, predicaban la palabra del Señor.

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Evangelio según San Lucas 12,49-53. 

Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!  Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!

¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.  De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”. 

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