miércoles, 24 de octubre de 2012


Evangelio según San Lucas 12,39-48. 
Comentario por: David Quiroa

“Se dedicó a golpear, comer y emborracharse”
                                                                                              
Si uno lee el Evangelio frase por frase, creería que Dios es un hombre cruel que quiere que  todos le sirvamos como esclavos día y noche.

Nada más alejado de la realidad.  Dios castiga las actitudes repetidas que van por el camino del mal, y castiga más al que más debería  portarse bien:  el jefe, el que sabe más, el que tiene a su cargo más personas. 

Para la mayoría de nosotros, las exigencias no son tan severas.  La Iglesia nos orienta para que vivamos una vida tranquila, de servicio sí, pero ajustada a nuestras realidades. A nadie se le exige ser “el siervo número uno”, sólo se  nos pide cumplir con lo que tenemos que cumplir.

El ejemplo de hoy: San Antonio María Claret. Hizo de todo, desde tejedor hasta confesor de la Reina de España. Hasta que descubrió su  misión como “simple” cura de pueblo y allí alcanzó la santidad.

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Evangelio según San Lucas 12,39-48. 

Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada”.

Pedro preguntó entonces: “Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?”.

El Señor le dijo: “¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno? ¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo! Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.

Pero si este servidor piensa: ‘Mi señor tardará en llegar’, y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles. 

El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo. Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más. 

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