lunes, 10 de septiembre de 2012


Evangelio según San Lucas 6,6-11. 

Comentario por: David Quiroa

“Extiende tu mano”

En aquéllos tiempos, los escribas y fariseos eran los buenos de la película. Y los podemos imaginar con los puños cerrados, rabiando, deseando encontrar el mal donde sólo había Bien.

Y el Señor le habla al paralítico, pero también a ellos y a nosotros:  ”Ponte de pie, extiende tu mano”. Deja ya esa inactividad que te tiene sentado, deja el egoísmo, la furia y los prejuicios, relájate, entrega lo que tienes.

Al paralítico le curó su mano. Si nosotros lo hacemos, nos cura el alma.

El ejemplo de hoy: San Nicolás de Tolentino. Tenía la gracia de curar enfermos y les decía “Den gracias  a Dios y no a mí”.

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Evangelio según San Lucas 6,6-11. 
Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: “Levántate y quédate de pie delante de todos”. El se levantó y permaneció de pie.

Luego les dijo: “Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”. Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. El la extendió y su mano quedó curada.

Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús. 

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