viernes, 21 de septiembre de 2012


Evangelio según San Mateo 9,9-13. 
Comentario por: David Quiroa

“¿Por qué come con pecadores?” 
                                                                                            
Hoy día decimos “¿Por qué va a Misa, si es un tal por cual y un esto y un aquéllo?”  “Y este otro, ¿de qué le sirve rezar tanto si  yo sé que hizo tal cosa y aquélla otra cosa?”

Por eso.  Porque los pecadores somos los que necesitamos de la gracia divina, somos los pecadores los que llenamos las iglesias, hacemos grandes filas en los confesionarios y rezamos hasta reventar los rosarios.

Uno no va con el doctor cuando ya se curó. Va con el doctor cuando se siente más enfermo, cuando sabe que ya no puede curarse solo,  cuando entiende que si el médico no lo cura, se muere.

El ejemplo de hoy: San Mateo Apóstol. Nos recuerda que no importa qué tan mala haya sido nuestra vida pasada, cuando Jesús nos llama podemos cambiar.

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Evangelio según San Mateo 9,9-13. 

Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió.

Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”.

Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.  Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. 

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