sábado, 15 de septiembre de 2012


Evangelio según San Juan 19,25-27. 

Comentario por: David Quiroa

“Junto a la cruz estaba su madre”
                                                                                            
Hoy día se huye del dolor en todas sus formas, sin darnos cuenta que cuando desterramos el dolor de nuestras vidas al mismo tiempo estamos negándonos  la alegría.  

María aceptó el dolor de la muerte de su Hijo, aún sin saber que a los tres días estaría vivo de nuevo. Sólo lo aceptó, porque estaba llena de fe.  Aún en ese momento, sabía que Dios no la abandonaría, que al final El triunfaría.

La Madre de Dios nos enseña a soportar las penas con entereza, no a huirles.  Porque aunque la pena sea inmensa, al final siempre viene algo bueno, si lo dejamos llegar.

El ejemplo de hoy: Santa María, por estar al lado de Jesús en los momentos más difíciles.

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Evangelio según San Juan 19,25-27. 

Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. 

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