sábado, 4 de agosto de 2012


Evangelio según San Mateo 14,1-12.

Comentario por: David Quiroa

No te es lícito tenerla” 

Juan Bautista, el primo de Jesús, muere por ser testigo de la verdad, por decir que los arreglos que había hecho el gobernante en su vida privada no eran lícitos ante Dios.

Aunque la Iglesia no exige ese grado de heroísmo, es admirable que haya quienes estén dispuestos a dar su vida por señalar las injusticias que se cometen en  el mundo lo mismo antes que ahora.

¿Quién de nosotros está dispuesto a sufrir las pequeñas molestias que significa decir “eso está mal”, aún contra la opinión de la mayoría? Nadie nos obliga a ser mártires, pero el Señor tiene en gran estima a quien esté dispuesto a ir un poco más allá por defender lo justo, aún a costa de su propia comodidad.


El ejemplo de hoy: San Juan María Vianney, el Santo
Cura de Ars. El peor de los estudiantes del seminario
se convierte en santo patrono de los sacerdotes, por
su dedicación al servicio de su parroquia.

---------------     

Evangelio según San Mateo 14,1-12.

En aquel tiempo, la fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes, y él dijo a sus allegados: “Este es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos”. 

Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: “No te es lícito tenerla”. Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta.

El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, la hija de Herodías bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: “Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista”.

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y esta la presentó a su madre. 

Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario