viernes, 3 de agosto de 2012


Evangelio según San Mateo 13,54-58.  

Comentario por: David Quiroa

“¿De dónde viene esta sabiduría?

Tenemos la pésima costumbre de juzgar al mensajero y no al mensaje.  ¿Quién se cree este para decirme que me porte bien? ¿Acaso no nos echamos los tragos juntos? ¿No lo he visto decir malas palabras? ¿Acaso no andaba con la fulanita tal por cual?

Y aunque Jesús no tenía nada reprochable, también lo juzgaron mal sólo por ser del pueblo. Tomemos eso en cuenta el día que nos toque recibir el consejo de alguien: Quizás no sea la persona más santa del mundo, pero puede ser que tenga toda la razón.

El ejemplo de hoy: San Aspreno, Primer Obispo de Nápoles. Ordenado por el mismo San Pedro, Aspreno destacaba por ayudar a todos, sin importar su origen o condición social.

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Evangelio según San Mateo 13,54-58. 

Y, al llegar a su pueblo, se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados. “¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María? ¿Y no son hermanos suyos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?”. Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.
Entonces les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia”. Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente. 

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